El azafrán:
El azafrán combina los sabores y aromas de la brisa marina, la hierba dulce y seca y un toque de metal oxidado.
El azafrán tiene tres componentes principales que le dan el sabor amargo (picrocrocina), el color anaranjado (crocina), y el aroma (safranal).
Azafrán y salud:
El azafrán, además de potenciar el sabor y aroma de nuestros placeres culinarios, es una herramienta de salud que, entre otras, estimula el hambre, favorece la digestión, ayuda la menstruación, favorece la circulación, ayuda a combatir trastornos nerviosos. Pero siempre a pequeñas dosis, mucho menos del gramo diario.
El azafrán en la cocina:
En la cocina se suele combinar con ingredientes dulces como el arroz, el pan, el pescado, las patatas, la coliflor o las judías; también con otros sabores amargos como las almendras o la corteza de limón y especialmente armonioso con otros ingredientes florales dulces o amargos, como la rosa.
Consejos de uso:
El azafrán como condimento combina con muchos ingredientes culinarios y una gran variedad de platos, los más comunes o mejor conocidos son el arroz, la pasta y el pescado, pero un pollo o la combinación de un bistec de ternera marinado con azafrán pueden sorprender el más exquisito de los paladares.
Dosificación recomendada en la cocina (0.5 g de azafrán Aromis son unas 200 briznas):
- Platos salados en general (4/5 briznas/plato)
- Platos de pasta o arroz (15 briznas/250 g)
- Salsas (3/6 briznas/plato)
- Platos dulces o té (3 briznas/plato)
- Postres (15/20 briznas/litro de leche)
- Panes y pasteles (3 briznas/pers.)
- Confituras, mermeladas… (45 briznas/kg fruta)